He visitado la exposición FotoPress "La Caixa"09 en Caixaforum de Barcelona. Y la depresión llegó. Es un conjunto de fotografías artísticamente logradas, preciosas. Pero lo que ves en ellas no es algo que te alegre el espíritu, sino que hace que se te remuevan las tripas y que te sientas impotente ante lo que ves, pues una persona no puede cambiar esas realidades. No puedes ir al Pakistán a impedir que sigan tirando ácido a las personas o que aparten a los Khusra, ni a Kenya a que dejen de matarse por perder unas elecciones, ni al Líbano o a Caracas. Estos fotógrafos han documentado la violencia, conflictos, falta de valores en diferentes lugares del mundo de una manera cruda y cercana, que duele. Así que con la rabia en el cuerpo, me fui a ver la última película de Tarantino: Inglourious basterds. Una delicia, qué a gusto me quedé. Hacía falta una locura como ésta para superar la locura del mundo en el que nos ha tocado vivir. ¿Os imagináis a clones de Aldo Raine en la actualidad? ¡Adiós Bush y compañía!
Y ya no habrían jóvenes manifestándose en las calles, ni entrevistas a personajes públicos contradictorios (Sally Costerton y el caso Nayirah en el País por ejemplo), ni mafiosos que se arrepienten (las pseudoconfesiones de los capos italianos no tienen desperdicio), ni políticos que patinan (Sarah Palin se lleva la palma en su artículo del Washington post), ni ONGs con dudosas acciones (AI o CFK), ni... y la lista continúa. Manipulación al poder.
Conclusión: visitar exposiciones fotográficas puede dañar la salud. Participemos en la Maratón de TV3 y sintámonos útiles a la sociedad.
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