Monday, June 13, 2011
En la marina mercante
Allá por el 1997, el Museo Marítimo de Barcelona adquirió el pailebote Carmen Flores (construído en el 1918 y bautizado con el nombre de la hija del armador Pascual Flores)para restaurarlo y facilitar a los visitantes del museo la posibilidad de navegar en un velero antiguo y apreciar la belleza de la vida a bordo. Este Pailebote restaurado ahora se denomina Santa Eulalia, y tanto los miembros de la XAM como los ganadores del concurso fotográfico Nit i Dia pudimos disfrutar de un día de navegación.
Algunas características del pailebote Santa Eulalia: eslora máxima de 47 metros, la tripulación: capitán, patrón (¿se dice así?, esta parte de la explicación no me quedó muy clara), 3 marineros, cocinero y un marinero para las guardias... esto es para las travesías largas.
Pero para las travesías de cada día se ahorran al cocinero y al marinero extra de guardia... el coste de cada día de navegación es de 1,000€ diarios... hagan números! En agosto lo sacan del agua para hacer reparaciones: cambiar cuadernas, sustituir piezas de hierro, etc.
El embarque empezó a las 9:45, todos a bordo a las 10 am que es cuando se empezaron las maniobras para salir del puerto de Barcelona. Bajamos a las bodegas, donde antaño se transportaban mercancías: se fue llevando sal a Cuba y regresó con un cargamento de caña de azúcar, pero también transportaba cereales, maderas, minerales, e incluso llegaron a decomisarlo por contrabando (hablo de la época entre 1919 y 1975).
En el pailebote Santa Eulalia se navega de forma tradicional. Se utilizan cartas náuticas, se traza la ruta... el rumbo era entre 40 y 50 grados si no mal recuerdo, y navegábamos entre 4 y 5 nudos... porque no había viento, sin viento no hay fuerza, y se navega lentamente.
Navegábamos paralelos a la costa... e intentábamos pescar al curri (con un hilo con 3 pulpitos de plástico) pero sin éxito. Por medidas de seguridad, se ha de navegar con instrumentos modernos, nada de sólo guiarte por el sol o las estrellas. Además de la brújula, había un indicador de timón, así cuando el capitán ordenaba 5 grados a estribor, se tenía que girar el timón a la izquierda hasta que el indicador marcara que el timón se había girado 5 grados. Cuando se navega bordeando la costa se ha de ir esquivando los veleros y pequeñas embarcaciones domingueras, así que es muy frecuente escuchar al capitán: 10 grados a babor, 5 a estribor! Y es verdad que cuando estás al timón puedes sentir al barco... está vivo!! y se mueve!!
Otra lección que he aprendido: las luces de babor son rojas, las de estribor son verdes, cada vez que se finaliza una maniobra, suena la campana. Ah, y por supuesto, algunos marineros buscaban piratas... desde el bauprés (nos habían prohibido subir a ninguno de los palos, pero podíamos ir a cualquier otro lugar del pailebote)... con éxito!
Sí divisamos piratas!... bueno un pirata, menos da una piedra! Imaginamos iba en busca de tripulación! XD. Aproveché también para leer las aventuras del Capitán Aubrey a bordo del pailebote.
A bordo era muy sencillo imaginar y escuchar el vozarrón de Jack dándo órdenes, haciendo la medición del mediodía (por cierto no lo hicimos, sería divertido que para próximas veces lo incluyan como actividad a bordo además de izar velas), sacando y disparando cañones... ups no, que esto es un pailebote mercante... bueno pues dibujando el litoral! Yo me apunto de voluntaria y me embarco! Dirección Croacia, Menorca o a donde haga falta! Explicaron que aceptan voluntarios, pero éstos han de ser profesionales, es decir han de tener título... a estudiar, a estudiar! Jack, allá voy!
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